Atila El Azote de Dios

Una nueva forma de terror, desconocida hasta entonces, obligaba a huir a pueblos enteros. Los fugitivos hablaban de la existencia de un pueblo poco agraciado, maloliente, de tez oscura, que vestía con pieles de animales hasta que éstas se pudrían, inmune al hambre y a la sed, que bebía la sangre de sus caballos y comía la carne cruda que guardaba bajo sus monturas para que se ablandara . su jefe de había convertido en el monarca más poderoso de Europa. Su palabra era ley, jamás había conocido la derrota, y sus esposas e hijos temblaban en su presencia. Se llamaba Atila.